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Sinopsis
Cuando han transcurrido casi diecisiete años completos desde que se iniciara, puede ya decirse que el siglo xxi es un período desafiante que cuestiona la nitidez y la vigencia de la percepción humana de las cosas y de las instituciones esenciales que gobiernan sus sociedades.
Parece que durante el siglo xx cambalache, problemático y febril se fue urdiendo un nuevo modelo de relaciones sociales basado en un estadio científico y tecnológico inimaginable al comienzo de la centuria, y que ha eclosionado en estas primeras décadas del siglo XXI: internet y comunicaciones; el desarrollo de la bio y tecno-medicina, el control de la enfermedad y el alargamiento de la vida; la armonización de los perfiles de las sociedades humanas expresada con la idea de aldea global ; el movimiento incesante hacia una mayor equidad en beneficio de colectivos sociales específicos; las formas de gobierno supranacional y al tiempo el reconocimiento de lo local como nivel óptimo de gestión pública; la certeza de la finitud de los recursos naturales y los riesgos para nuestra especie no tanto para el planeta del modelo exponencial de producción y consumo.
Y mientras tales acontecimientos trepidantes suceden se mantiene, en lo esencial, un modelo institucional y jurídico que se remonta al menos al siglo XVIII: división de poderes con preeminencia parlamentaria; un sistema jurídico basado en la primacía incondicional de las Constituciones nacionales; una actividad internacional reservada a los Estados con exclusión de otros poderes públicos entre otros contenidos que seguimos enseñando en las Facultades de Derecho y que, sin intensas matizaciones, resultan anacrónicos e ineficaces en su desempeño.
La arquitectura jurídica e institucional del Estado-nación reclama una urgente renovación que asegure su eficacia en una sociedad intensamente condicionada por el factor tecnológico y por escenarios supraestatales de actuación política. Y es que tal arquitectura no es sino un instrumento al servicio de fines y objetivos que, éstos sí, permanecen inalterables: una convivencia pacífica; el respeto de los derechos individuales y colectivos y el control del ejercicio del poder público dirigido siempre a la satisfacción del interés general. El primer paso de esta renovación es la identificación de disfunciones y lagunas, tarea a la quiere contribuir, modestamente, este libro.
Biografía del autor:
Blanca Mira es una novelista y guionista española, autora de & x0201C;Eraclea, la leyenda de la Semilla Dorada& x0201D;, una de las primeras light novel publicadas en España, y de novelas como & x0201C;Me enamoré mientras dormía& x0201D; o & x0201C;Después de los Polos& x0201D;. Como guionista, ganó el concurso de manga de Norma Editorial en dos ocasiones, con & x0201C;Ad Mortem& x0201D; (2015) y & x0201C;Heraldos& x0201D; (2019). Actualmente es autora de Planeta Manga con & x0201C;Good Game!& x0201D; (dibujada por Kaoru Okino) y ha logrado publicar una obra original en Japón con la editorial Square Enix. Sus experiencias a la hora de lanzarse a la aventura de publicar manga en Japón le sirvieron de inspiración para escribir la novela Planeta Manga. Japón: de estudiante a mangaka, con ilustraciones de Inma R.
RRSS:
Twitter: shirayukihimeh
Instagram: blanca mangaka
Editorial ATELIER
Fecha publicación 01-11-2017
Edición : 1
Número de páginas : 270
ISBN : 978-84-16652-77-8
Colección: | DERECHO GLOBAL
Encuadernación: RUSTICA (TAPA BLANDA)
Tamaño: 240 x 170